Una intervención precisa, donde forma, luz y lenguaje gráfico construyen una continuidad entre arquitectura y marca.
Desde el exterior, mantenemos las curvas como elemento clave, estableciendo una conexión fluida entre 'dentro y fuera’.
Las líneas sinuosas no solo responden a la esencia de la marca, sino que transmiten dinamismo y armonía, integrándose perfectamente en el espacio y reforzando la identidad de CORA.
Las curvas transforman el recorrido en una experiencia fluida, eliminando los ángulos rectos para un tránsito más orgánico. En contraste, volúmenes de líneas rectas en color azul corporativo, para zonificar y organizar cada estancia. Y la luz, resalta todas estas formas y las une, para integrarlas, juntas, en el mismo espacio.
El mobiliario acompaña la experiencia y, al mismo tiempo, actúa como barrera visual. Las puertas de gran altura integradas mediante marcos ocultos, refuerzan la continuidad de todos los paramentos. Y el rodapié, fino y discreto, se adapta a las curvaturas, casi imperceptible.
